Villa Portales, pedazo de historia
por cedoc invi
En 31 hectáreas se levantan 19 blocks de departamentos y una cantidad de casas capaces de albergar a casi 2 mil familias, en un entorno de forestación abundante, además de 14 plazas y callejuelas de tierra. Un tímido pulmón verde y un barrio que parece suspendido en medio de unos de los sectores más activos y ruidosos de la ciudad emerge tras ellos.
Fue construida en 1960 como una solución habitacional para la Caja de Empleados Particulares. Algunos la consideran “una obra arquitectónica única en Latinoamérica y revolucionaria en cuanto a dignidad de la vivienda”. Y es que sus pasillos tuvieron un concepción estética muy rica. Hasta se tuvo la consideración de incluir obras de arte en sus muros, los bajorrelieves en hormigón de Ricardo Irarrázabal. Además de viviendas amplias, se contemplaban grandes espacios abiertos para la vida en comunidad.
Desde sus inicios los habitantes de la villa se caracterizaron por ser mayoritariamente de izquierda, tener conciencia colectiva y una gran capacidad de organización y activismo. A comienzos de los años 70 estaba poblada por una de las clases sociales que más tarde se vio profundamente afectada por el golpe militar: la emergente clase media.
Mireya Nieto llegó a vivir al sector en 1961. Durante el régimen militar, cuenta, se gestaron en el lugar focos de disidencia los que, incluso, recibieron el apoyo del FPMR. Recuerda que los pobladores tenían la tradición de conflictivos.
“Yo también peleaba. En ese tiempo el 70% de la villa era de izquierda y activista”, asevera.
Esta característica, dice, les ha jugado en contra y ha incidido en que muchas veces no han obtenido apoyo municipal durante la gestión de alcaldes de derecha. “Acá hicimos muchas cosas por sacar a Pinochet, es obvio que ahora no nos quieran”, argumenta.
Juan Fuenzalida (50), por su parte, cuestiona el Programa Quiero Mi Barrio que el Minvu ha desarrollado en la población. “Las decisiones se han tomado entre muy pocos vecinos, no saben que es lo que necesitamos, las iniciativas tienen que surgir aquí para recién buscar el apoyo público”, sostiene.
Los residentes de Villa Portales mantienen muy vigente la vida de barrio. Es común verlos sentados afuera de sus casas observando cómo juegan los niños. El sector es calmo, sin embargo, goza de un estigma de inseguridad. Un legado quizás de los años 70, marcados por la lucha política.
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